domingo, 28 de abril de 2013

6º capítulo nº2

Bueno el fragmento de hoy va enlazado al anterior, es decir el primer párrafo de hoy es el mismo que el último que la semana pasada, los separé adrede. Además el fragmento de hoy contiene uno de los avances de aquella página de El Legado, aquel en el que censuré una palabra, bien pues hoy está, pero sin censurar.


Eragon pasó al siguiente, Arya esplendida como la última vez que la vio provocó en Eragon aquel sentimiento que había sentido por primera vez en su viaje hacia Ellésmera, nada había cambiado, él había pensado que el tiempo había terminado por enterrar el pequeño brote que había nacido en aquella prisión de Gil´ead, pero ahora aquel brote se había convertido en un árbol fuerte de raíz. Él la miró y ella a él, los ojos azules no cedieron por primera vez a los azules, sino que al final fue la elfa la que tuvo que terminar desviando la mirada. A Eragon se le empezaron a calentar las orejas y el estómago empezó a picarle. No era desconocido por nadie el pequeño romance que habían mantenido los dos jinetes durante los pocos años que habían pasado juntos. En este momento, la tensión alcanzó su punto máximo, todas las miradas de las nueve personas contando a Murtagh, el cual había ido haciendo lo mismo que Eragon solo que más tarde, se posaban sobre ellos. Todos esperaban un abrazo e incluso los más románticos (como Roran y Nasuada) esperaron un beso, el cual nunca llegó. Finalmente Eragon hizo lo que ninguno esperaba de él, agachó la cabeza y dijo en el idioma de los elfos:

-          Atra esterní ono thelduin

-          ¿Qué…? – Arya por primera vez había olvidado por completo el saludo de los elfos, aparte de que era lo último que esperaba oír de Eragon. Finalmente añadió titubeando - ¡Oh! Mor´ranr lífa unin hjarta onr

-          Un du evarínya ono varda.

Y sin más demora pasó al último de los componentes de la comitiva. Todos quedaron decepcionados con lo que Eragon había hecho, especialmente a la elfa, pero este sabía lo que hacía, había esperado treinta y siete años para aquel momento, podía esperar un poco más, en lo que se refería a Arya y a él los concernía solo a ellos y no era un tema que debiera de hacerse público. Como Firnen había corrido hacia Saphira en el momento en el que había tocado el suelo y juntos se habían ido volando, no hizo falta ir a saludarlo, así que se pudo dirigir hacia el último.
De todo lo que le pasó a Eragon  aquella tarde, nada le sorprendió más que aquello. Muchas cosas le vinieron a la cabeza y quiso decirlas todas sin importarle si lo que decía estaba bien o mal, pero de su boca no salió ni una sola palabra. Sus ojos se bañaron en lágrimas plateadas que caían como cataratas por sus mejillas. Todo sentimiento por Arya se borró de su mente. Varias veces se frotó los ojos, pero era verdad, allí, en la plaza redonda de Ilirea, la capital de uno de los reinos de Alagaësia, estaba Brom.

Hasta la semana que viene

domingo, 14 de abril de 2013

Capitulo 6

Bueno hoy estrenamos capítulo, pido perdon por mi ausencia la semana pasada, pero mi ajetreada vida competitiva no me dejo en paz.

Decir que este no es un capítulo de gran extension (5 páginas), pero que en cambio si que contiene una parte, en mi opinión "esencial" para el desarrollo futuro de los acontecimientos, no es la parte importante del capítulo y está casi al empezarlo, pero es importante, bastante importante.

Asumo ya que el grupo de what's app es un intento fallido, ya que con solo 2 personas va a ser imposible, no obstanta se hubiese pasado por alto este comentario o se le haya olvidado, recuerdo que si esta interesado puede mandarme su numero de telefono a mi correo electrónico.

Y este es el fragmento de hoy:


6 ¿Quién es el padre?

En los últimos días de viaje, una sombra empezó a crecer en su corazón, al final fue incapaz de ocultarle su miedo a Saphira “¿Y si alguno de ellos a muerto? No podría soportarlo.” Le había preguntado él. Saphira tras una larga reflexión le respondió “Es un riesgo que debes correr, tarde o temprano morirán, puede que no te guste, pero son mortales. No te retrases más pensando en si pueden o no haber muerto, porque de lo contrario todos habrán muerto cuando vuelvas.”

Así que Eragon se llevó una gran satisfacción cuando conto que eran nueve personas, pero a la vez se sorprendió porque esperaba ocho. Finalmente Saphira tocó el suelo y pudo examinar con tranquilidad todos los rostros uno a uno. Observo más o menos los mismos cambios que Arya. La comitiva no podía evitar sonreír, sin embargo Eragon hacía gala de un enorme autocontrol y su rostro permanecía serio. Uno a uno Eragon fue abrazándolos, Nasuada, Orrin, Jeod, Orik, Elva, con Garhvog en vez de abrazarlo chocó las cabezas como era propio de los úrgalos pero no sin antes realizar un hechizo para impedir que el kull le partiese la cabeza, después continuó con Angela, a la cual también abrazó. Luego fue Elva, de todos ellos, la anciana era la única a la que Eragon tenía miedo, largo rato se quedaron mirándose a los ojos, los violetas con los azules. Al final, Elva rompió el hielo:

-          Solo una persona tremendamente poderosa es capaz de mantenerme tanto tiempo la mirada, una persona que no tiene miedo, pues en mis ojos se reflejan todo el miedo de cada uno de los hombres que miro. Mucho tiempo he buscado a la persona capaz de hacer esto y resulta que al final es la misma que me dio este don. Que pequeño es el mundo, ¿verdad? – Eragon no entró en aquella conversación así que simplemente respondió. – He cambiado
Finalmente los ojos azules se separaron de los violetas y se juntaron con otros más familiares, esta vez Eragon ya no pudo contenerse más, y mientras se abrazaba con su primo una gran carcajada lo invadió y salió por su boca. El abrazo se prolongó durante un par de minutos, en los cuales los dos se intercambiaron palabras que ninguno de los demás escuchó. Pero todo empieza y todo acaba, finalmente el abrazo se deshizo y  Eragon pudo leer en los ojos brillantes de Roran toda su historia, desde aquel chico al que lo único que le importaba era su granja en Carvahall hasta aquel gran soldado que había llegado a ser.