viernes, 20 de junio de 2014

11.4

Esa vez Ángela apenas estudió los huesos, segura de cual sería el resultado, los huesos rodaron por la mesa hasta que se detuvieron, la herbolaria dejó vagar su mirada por los huesos, aburrida, apenas los estudió todos, convencida de que el resultado sería el mismo, pero Eragon había advertido que uno de los huesos no era el mismo que el de la otra vez, por desgracia no sabía cual que había significado ni que significado tenía ahora. Ángela observó que el muchacho mantenía la mirada fija en uno de los huesos, pero no le presto atención y sencillamente carraspeo para que el jinete la atendiese:
-          Bueno, este símbolo sobre el hueso, significa, como ya te dije una vez que vivirás mucho tiempo, jiji ¡claaaro como eres jinete! Jiji –ante aquella risita estridente de la herbolaria, Eragon se preguntó si tal vez habría bebido demasiado, pero enseguida Ángela volvió a hablar mientras señalaba otro hueso- Bueno, pegado a este la otra vez estaba pegado el relámpago, pero como ya perdiste a Brom ha desaparecido, sin embargo el camino errante sigue aquí, ay, jaja, aun te queda mucho por vivir, si es que aún no llegas a los cincuenta y eso comparado con la eternidad es poco, todo comparado con la eternidad es poco. –La herbolaria hizo una pausa y señaló el siguiente- La otra vez, el árbol y la raíz de espino se entrecruzaban, esta vez ni aparecen, no creas que tienes razón, sencillamente son cosas que ya han ocurrido, al igual que el relámpago. Y finalmente llegamos, al que creo que más te interesa –dijo mientras señalaba un capullo de rosa entre los extremos de una media luna- ¿te acuerdas de lo que significaba?
-          Que tendría un romance con una mujer de noble cuna y linaje.
-          Efectivamente, bien, pues no ha cambiado, tu futuro con Arya continúa siendo una incógnita.
Creyendo que ya había terminado, Ángela hizo el ademán de levantarse, pero en último instante fijo su atención en un símbolo que había pasado por alto, allí donde antes uno de los huesos se apoyaba sobre un barco de vela, ahora señalaba hacia un hombre sentado. Ángela abrió completamente los ojos, sin poderse creer lo que veía, sorprendida y asustada recogió todos los huesos y los volvió a lanzar, y después otra y otra vez, pero siempre uno de los huesos aterrizaba sobre el hombre sentada. Finalmente, derrotada, se quedó mirando fijamente a Eragon y dijo:
-          Bueno, definitivamente eres un saco de sorpresas ¿eh? En todos los años que llevo haciendo esto nunca, ¡jamás! Un símbolo había cambiado, esto significa sedentarismo, lo que quiere decir que permanecerás siempre en la tierra que pisas. ¿Tienes alguna idea de como ha ocurrido?
-          Tengo una idea aproximada…

-          Te escucho.