lunes, 28 de julio de 2014

11.5.

Perdonad mi larga ausencia, pero he sufrido un percance con el ordenador y me ha sido imposible incluso avisaros, pero ya esta todo solucionado y estoy aquí para continuar con el epílogo, los siento mucho.

Informados ya, volvamos con Angela y sus huesos...

-          He cambiado, lo que pasó hace unos días en Dorú Areaba me cambió, no soy el mismo, lo que leíste fue el futuro del Eragon que acababa de salir de Carvahall, ese Eragon se fue de Alagaësia y no volvió, he cambiado y también mi nombre verdadero lo ha hecho. Mira –entonces Eragon pronunció su antiguo nombre verdadero y por primera vez aquel escalofrío no le recorrió el cuerpo- ha cambiado.
-          ¡De modo que lo sabías! ¡Sabías que ocurriría esto y aun así has venido para humillarme!
-          La verdad es que si creía que era lo que había pasado, pero no estaba seguro y esta era la única manera de averiguarlo.
-          Está bien, vuelve pronto.
-          ¿Me echas?
-          No, pero es que tengo muchas cosas que pensar y necesito estar sola.
-          Está bien.
Eragon se levantó y se encaminó hacia la puerta, la abrió y empezó a bajar los escalones, pero justo cuando iba a bajar el último de ellos escuchó una voz del interior “Eh se te ha olvidado pagar, la otra vez te lo ofrecí yo, pero ahora lo has pedido tú.” Eragon volvió a entrar y depositó un galeón sobre el escritorio de la herbolaria. Esta, dio una seca cabezada y volvió a concentrarse en lo que estaba haciendo. Esta vez Eragon si salió a la calle y notó como el siniestro olor había desaparecido y el sol había vuelto a aparecer por encima de los edificios. Seguro de que todo eso era obra de la herbolaria puso rumbó hacia la plaza Islanzadí, buscando la respuesta a aquella misteriosa magia que parecía que solo conocía ella.


Fin del capitulo

En breve comenzaremos el proximo:

12. Ordenes de la Realeza

No es la leche pero bueno...